¿Qué son las piedras preciosas?

Las piedras preciosas, también denominadas gemas, son sustancias minerales sólidas y duras, utilizadas como adorno. La mayoría de ellas están compuestas principalmente por silicio, con excepción del diamante, constituido solamente por carbono. El valor de estas piedras depende de su escasez en la naturaleza y de ciertas propiedades, como su inalterabilidad, su dureza y su belleza.

Esta última varía con las cualidades ópticas de las piedras, como la refracción, el juego e intensidad de los colores, el dicroísmo (aparecen dos colores según su posición respecto de la luz), la transparencia, el brillo, etc.

Entre las gemas se destacan, además del diamante (formado por cristalización del carbono), la esmeralda (variedad verde del berilo), la amatista (variedad violácea del cuarzo), el ópalo (óxido de silicio hidratado), el topacio (silicato con fluoruro de aluminio), el zafiro (variedad azul del corindón) y el rubí (variedad roja del corindón). Las piedras preciosas son trabajadas y pulidas por artesanos especializados llamados lapidarios.

¿Cómo se trabajan las piedras preciosas para realzar su belleza?

Estas piedras son moldeadas en discos de carburo de silicio o tornos de arenisca natural. El primer paso consiste en elegir la forma deseada (redondeada, facetada); luego se realiza un pulido fino en discos de tela o madera con polvos especiales.

¿Cómo se identifican las gemas?

Las gemas suelen ser identificadas a través del análisis de sus propiedades ópticas. Los especialistas en estos estudios son los gemólogos, quienes utilizan instrumentos especiales, como el refractómetro (que mide el índice de refracción) y el polariscopio (que determina si la luz que atraviesa el cristal está polarizada o no).