¿Cómo se originan las montañas?

Las montañas, grandes elevaciones naturales del terreno que culminan en una cima más o menos reducida, se originan a través de distintos procesos geológicos. Existe un tipo de montaña conformado por estructuras rocosas que han sido comprimidas por plegamientos, presentando aspectos casi vertical o muy inclinado, como los Alpes (que se extienden desde el Mediterráneo hasta las cercanías de Viena).

Hay otras montañas simples que se generan por movimientos verticales de porciones de la corteza terrestre limitadas por fallas, que producen algunas zonas de elevación y otras de hundimiento. Entre éstas se encuentran las cadenas de las Rocallosas (Estados Unidos) y la Selva Negra (Alemania).

Algunas montañas se forman como consecuencia de fragmentaciones de las mesetas. Luego de la elevación del relieve, la acción del viento, la temperatura y el agua producen un efecto erosivo.

Estas montañas se conocen como residuales. Otras elevaciones se generan por la acumulación de rocas fragmentadas, lava y cenizas que resultan de erupciones volcánicas. A este grupo de montañas pertenecen, entre otras, el Fujiyama (Japón), el Vesubio (Italia), el Popocatepetl (México) y el Kilimanjaro (Tanzania).

¿Cómo están dispuestas las montañas?

Pueden estar agrupadas en cadenas (elevaciones cercanas entre sí, alineadas y unidas en la base), en sistemas montañosos (formados por muchas cadenas dispuestas en forma paralela), en macizos (grupos de montañas que forman masas de las cuales surgen varias cimas), o pueden formar altiplanos (extensas mesetas a gran altura rodeada de cadenas montañosas). Las cúspides de las montañas pueden tener diferentes formas: en aguja (compuesta por estratos de rocas verticales), en columna (parecidas a una torre, constituidas por estructuras rocosas duras), en cúpula (rocas blandas redondeadas), en cima (conformadas por una roca más dura que sobresale de la cumbre).