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¿Qué son las tarjetas inteligentes?

Las tarjetas inteligentes son láminas plásticas que poseen un microprocesador en su interior. Contienen códigos de identificación que sólo el titular conoce, ya que esos datos no están en las computadoras de la entidad financiera o empresa de crédito emisora.

Por lo tanto, resulta muy poco probable que puedan ser empleadas por personas no autorizadas, o que se realicen estafas accediendo a los sistemas de información de esas empresas. La encriptación de datos, utilizada frecuentemente en informática, constituye la base del funcionamiento de estas tarjetas, que comenzaron a utilizarse en Francia en la década de 1980.

Los consumidores utilizan sus tarjetas de crédito para adquirir todo tipo de bienes y servicios en los establecimientos comerciales. También las emplean para realizar determinadas operaciones en los cajeros automáticos, que aceptan además tarjetas bancarias. Se espera que las tarjetas inteligentes finalmente puedan reemplazar a las de crédito actuales, para reforzar la seguridad del consumidor.

¿Cómo funcionan las tarjetas inteligentes?

Antes de iniciar cualquier operación, el usuario debe proporcionar a la tarjeta datos que sólo él conoce. Recién después de que la tarjeta inteligente lo haya reconocido, éste estará en condiciones de comenzar a operar como con los plásticos comunes, introduciendo la tarjeta en la ranura del cajero y digitando el PIN (código numérico secreto de identificación).

¿Cuál es la ventaja de la tarjeta inteligente sobre la común?

Sólo el usuario conoce la información que debe proporcionar a la tarjeta inteligente para poder operar. Esos datos no están en las computadoras del banco. Por lo tanto, un defraudador que interviniera las líneas telefónicas que comunican la institución financiera con el cajero automático, con el fin de conocer el PIN del cliente y retirar fondos de su cuenta, no podría consumar esa estafa.

Existen tarjetas inteligentes que se utilizan para otros fines, como por ejemplo las tarjetas telefónicas o las tarjetas de acceso. En las primeras, el chip almacena la cantidad de créditos que se resta a la tarjeta cada vez que ésta es utilizada. Las tarjetas de acceso se utilizan habitualmente en los hoteles en reemplazo de las llaves de los cuartos, y sirven además, para computar los cargos del pasajero.