¿Cómo funciona una célula fotoeléctrica?

El funcionamiento de la célula fotoeléctrica se basa en el efecto fotoeléctrico. Este dispositivo, básicamente, constituye un tubo de electrones formado por un ánodo y un cátodo, ambos recubiertos por material sensible a la luz.

Cuando el ánodo es iluminado, emite electrones que son captados por el cátodo y, de este modo, se genera una corriente eléctrica, que es proporcional a la intensidad de la luz.

Ciertos materiales catódicos son sensibles a sectores determinados del espectro lumínico, tales como la luz visible, los rayos infrarrojos y los ultravioletas. En la oscuridad, el ánodo deja de liberar electrones y, consecuentemente, no existe corriente eléctrica.

En algunos casos, las células fotoeléctricas se llenan de un gas inerte a baja presión, que permite aumentar la sensibilidad a la luz.

¿Qué es el fotomultiplicador?

El fotomultiplicador es una variante de la célula fotoeléctrica, capaz de detectar radiaciones extremadamente débiles. Cumple un papel fundamental en la investigación nuclear.

¿Para qué se utilizan las células fotoeléctricas?

Las aplicaciones de las células fotoeléctricas son numerosas. Se las emplea, por ejemplo, en las alarmas antirrobo, en las puertas automáticas y en los semáforos para controlar el tránsito.